Lunedì, 06 Gennaio 2014 20:33

Padre Baldussi fu veramente Padre per l' ISO in Argentina

FUE UN PADRE POR L’ISO EN ARGENTINA
 
Para el ISO en la Argentina, el fallecimiento del Padre José Baldussi, ocurrido el 17 de septiembre último, a la edad de 90 años, fue una noticia muy dolorosa. El Padre acompañó al Instituto Secular, (aunque nadie lo haya recordado), por lo menos, por 30 años en forma ininterrumpida.
            Comenzó con el Padre Roque Tonoli cuando todavía éramos una “Pía unión”. Después que el último fuera enviado a Italia, él quedó como Asesor nacional. Más tarde, estando fuera del Consejo Provincial, continuó con el grupo de Buenos Aires.
            Hablar de su disponibilidad para con nosotras es repetir lo que todos conocen muy bien y se ha dicho reiteradamente. No faltaba a las reuniones del Consejo Regional, estaba siempre presente en los retiros anuales: si no podía todo el tiempo, iba para confesar y para celebrar la Misa de clausura.
            Celebraba la Eucaristía en nuestras reuniones mensuales, luego almorzaba con nosotras compartiendo momentos de sana alegría: donde reía, cantaba y mostraba le felicidad que le causaba acompañarnos.
            Nos enseñaba a querer mucho a la Virgen, su frase era: “tenemos una Madre que queremos mucho, mucho y se llama…” todas debíamos responder fuerte: ¡María! El “Ave María y… adelante” era su saludo final junto con su bendición que nunca faltaba.
            Disponible para las confesiones, para disipar dudas… nunca decía que no a cualquiera de nuestras necesidades espirituales y para dar su sabio consejo a la que lo pedía.
            Sacerdote amante de la Iglesia, vivía de verdad su voto de pobreza, se notaba en sus ropas: eran limpias, pero siempre las mismas. En tantos años nunca lo vimos en auto, salvo que alguien lo llevara.
            A lo largo de este tiempo supimos de su sufrimiento por los dolores a causa del trigémino y, últimamente, casi costaba entenderlo porque le causaba dificultades al hablar. No obstante lo queríamos y siempre deseábamos que viniera a celebrar la Misa y a estar con nosotras.
            Después de haberlo tenido tantos años como Padre espiritual, sabemos que no será fácil olvidarlo: hemos atesorado muchas cosas que, a fuerza de repetirlas, nos quedaron grabadas. Nos hablaba de “la incomprensión de los buenos”, de la santidad “que hay que desearla”, nos enseñaba no sólo a hablar con Dios, sino llorarle, decía: “cuando estén enojadas, no peleen con los demás, vayan a su habitación y descarguen toda su bronca llorando delante del Padre”.
            Por todo esto y por un montón de cosas que nos hizo vivir durante tantos años, debemos darle gracias a Dios que nos concedió un Padre espiritual tan especial, porque si alguna de nosotras ha logrado ser mejor, se lo debemos al Padre Baldussi que nos insistió hasta el cansancio.
            Sabemos que está con Dios y sabemos también que nos tendrá presente a todas y estará intercediendo por cada una y por nuestro Instituto. Nosotras sólo podemos decir: Gracias, Padre, por toda su entrega, por su paciencia y por el amor que supo brindarnos.
Dale, Señor, el descanso eterno… porque trabajó mucho para construir tu Reino en la tierra.
Lina Gulino de Esposito